La posesión de una vivienda en alquiler, en los años 50 y 60, cuando casi todos eran realquilados, fue un sueño cumplido para muchos trabajadores de Seat. El contrato de alquiler era un anexo al de trabajo, pero aún con lo que eso significaba, nos considerábamos unos privilegiados. Entre nuestros privilegios, se encontraban el disponer de servicio médico, instalaciones deportivas, colegios totalmente gratuitos, cine, parroquia, biblioteca, comisaría, economato y muchas cosas mas, que hacía que fuéramos la envidia de los otros barrios.
Rufino Sánchez-Bretaño Pulido Administrador de las viviendas durante varios años |